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5 de abril de 2010

Gigantografía

Alma en terciopelo, erizada, mullida, franca... al viento.
Se me han vuelto pájaros las manos y alzan mi cuerpo hasta el cielo, hasta el mismisimo Universo que contempla azorado que mi risa es más grande que su propia inmensidad, que mi felicidad es más luminosa que todas sus estrellas y galaxias. Los agujeros negros no pueden devorar mi ser, me los como a bocaditos como galletitas de chocolate. Todo el aire es mío y floto entre planetas gigantes. Me zambullo en Venus, patino entre los aros de Saturno. Soy grande, gigante... Interminable. Feliz.
Se anidan mis manos-pájaros en los bolsillos de mi saco. Se respira el Otoño, el sol tibio en las pestañas color azul. En un rato, extenderé los brazos y volaré de nuevo, esta vez le pondré alas a mis pies.

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