Buscar este blog

5 de abril de 2010

Revolución Humana

Conozco esos ojos. Puedo descifrar en su negrura la paz y la tristeza. Puedo saber por el movimiento de sus manos con que franqueza impone su risa. Niña mujer de nariz roja, aletargada en sueños de juegos, en bosques floridos, mares de llanto y alma. Quiere con pasión, ama con locura. Un día de noche eterna, una noche iluminada de risa, de amigos, de cantos y baile. Nada por aquí, nada por allá y hace magia en su vida. Saca de un bolsillo una flor de agua y salpica amor, porque es gratis, porque no cuesta nada, porque quiere sonreirle a la vida y que le devuelva una carcajada. A veces huracán, vendaval furioso de la tierra, crece en su interior la niña y se rompe la nuez de miel inundando su sangre hasta sus ojos, hasta esos zafiros negros transparentes donde uno ve su desnudez, su fragilidad de hierro. El suspiro y la pena de la caída se vuelven fuerza, grito, y otra vez a calzarse las rayas y los lunares, a pintarse la boca y las pestañas para hacerle una reverencia a la vida, para que sepan que está ahí, armada, esperando la revolución de su propia alma.

3 comentarios:

  1. Me hace acordar a cuando gritabas "TIERRA" ese jueves loco.
    Creo que esto es genial ..."hasta esos zafiros negros transparentes donde uno ve su desnudez, su fragilidad de hierro"...creo yo y otros más.

    ResponderEliminar
  2. preciosas letras, hijamía!
    preciso retrato de esa loca linda que tanto queremos, que llora como una lluvia tropical y ríe como las calandrias!

    besos

    ResponderEliminar
  3. Ceci, soy tu fan! Bello, bello, bello

    ResponderEliminar