Por la noche de mis piernas te veo partir, llevarte las estaciones, irte en silencio donde te acompañan mis besos, donde aún te rodean mis palabras. Siento la arena y la tierra escurrirse por mis dedos, los días y las noches besando tu imagen, escuchando tu risa, deseando tus manos. Un sol enorme se cae en el horizonte,y un fuego que llega hasta mis pies entibia mis huellas, los pasos que dejo desvanecerse, fundirse en la tierra, y respiro, una honda bocanada de aire que me llena los pulmones, los recuerdos, la realidad que me invade las venas, que pone en ebullición mi sangre, el torrente de sensaciones que le dio vida a tu nombre, ese con que me apropié de las tardes, de las horas de tu presencia en mis días. Te veo irte, te dejo ir.
Sonrío. Fue hermoso.
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