No lo puedor decir. Nisiquiera me permito pensarlo (qué mentira). Aunque haga un esfuerzo, no puedo.
Y pasan las horas del reloj invisible de la cocina. La puerta que se abre y se cierra del vecino. El silencio arroyador de mis palabras. O será que lo digo? Un poco. Pero en voz baja, como un susurro. Quisiera gritarlo. Despeinarte. Quisiera que lo entiendas... pero no lo vas a entender. Te lo podría explicar de una vez dejando este prejuicio de lado y que estés enterado del asunto, pero si no lo entendes? Hay plan B?
siempre hay un plan alternativo
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