Buscar este blog

19 de agosto de 2013

Hermosa Criatura

Un Dragón está recostado en mi pecho, su aliento reposado calienta mi cuerpo de inmediato, y mi temperatura se iguala al mismo grado de ebullición. Miro al mítico animal dormido y manso, subiendo y bajando en mi respiración a penas contenida. Toco sus escamas aterciopeladas, tan duras a la vista como suaves al tacto, incluso es casi curioso cómo se hunden mis dedos en las finas hebras rojizas que coronan su cabeza. Cuando está despierto, el Dragón ronronea como un gato, bufa como un toro impaciente, su cuerpo se pasea buscando mi proximidad, mostrándome su acercamiento, la necesidad como yo, del contacto. Oigo correr su sangre, siento el torrente fundirse en sus latidos, sonidos resonante que amansan y pacifican mi propia criatura, mientras sobre mi pecho, mágicamente se funde un Dragón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario