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9 de enero de 2011

Ojalá y Esperanza son palabras redundantes

Estaba en la madrugada ya del lunes (tuve que corregirme en pensar que era domingo) cuando hojeando una revista en medio del insomnio que me causa disfrutar de mi cuarto, leí esta frase:
"Lo peor no fue la calamidad económica, sino la muy sembrada sensación de que tener esperanza era propio de ingenuos".
(mi madre diría que cite la nota pero al leer esa frase necesité escribir). No puedo explicar el asentimiento que generó en mi interior esas palabras. La esperanza parece haber perdido su sentido, como si fuese solo el nombre de una mujer del interior, o un apodo femenino para alguna rama del color verde. ¿Qué tan descolocado es pensar ahora que las cosas pueden cambiar? La ignorancia más cometida es creer que todo siempre fue igual para terminar aceptando que todo sigue su curso natural. Y lo sigue, pero es el del desinterés. Esa pose cómoda del ser humano para justificar sus males, para ignorar en su memoria histórica como ser de que alguno vez fue distinto, que alguien (y fueron muchos) hicieron lo (im)posible para torcer el curso de la historia, y creemos que el presente de nuestras vidas es lo que nos toca sintiéndolo como algo heredado y sin poder de molificación. Pero es mentira (pertenezco a un sub grupo humano de los tantos que existe, y pienso otra cosa), TODOS podemos hacer algo, desde la simple actitud, desde el diálogo cotidiano con un amigo, con un desconocido, podemos sembrar otra idea, parar la estupidez de pensar que la solución no está en nuestras manos y por tanto echarle a otro la culpa. Hay esperanza. Se siente en el aire pero está tapado con el enceguesimiento de la propia salvación no permitiendo que seamos partícipes de lo que queremos, de lo que deseamos para nuestras vidas y para los que alguna vez habitarán como nosotros la aventura de vivir. La fecha de caducidad del ser humano nos vuelve egoístas, nos hace pensar que es un "sacrificio" cambiar el mundo si no lo vamos a disfrutar. Si la esperanza es de ingenuos, pues me quedo de ingenua porque su antónimo es "malicioso". Ironías de la vida.
Ojalá seamos muchos los ingenuos.

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