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4 de noviembre de 2011

With Out

Antes, cuando te conocía, cuando tus pasos rozaban apenas mis pasos y de vez en cuando, solo de vez en cuando, tu piel tocaba despacio mis dedos, podía escribir el mundo. Las letras salían presurosas a tu boca imaginaria, a la curva en que dibujaba tu espalda, el incio de tus manos en mis manos. No eras vos ni era yo, no eran cuentos de amor o locura, eran palabras entrelazadas como el deseo de la musa de encontrarse en los escritos, y ahí estabas, escondido en mi inspiración, agazapado, dormido en la sombra sin saberlo, donde mis ojos estudiaban tu nuca, tu mueca, tu hastío. Dejé de encontrarte perdido en la bruma, dejaste de buscarme detrás de los setos y las begonias. No volvimos a encontrarnos y ahora las historias se escriben solas, pero no las escribo yo.

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